EVIDENCIAS
DE UN MUNDO JOVEN
por
el Dr. D. Russell Humphreys ©1999
A continuación expongo 12 fenómenos naturales que están en claro conflicto con la teoría evolucionista que dice que el universo tiene miles de millones de años. Los números que aparecen en letras negritas (a menudo se trata de millones de años) son el periodo máximo de años en que pudo llevarse a cabo cada proceso, es decir, se trata de cifras extremas hipotéticas y no de años reales. Los números en letras cursivas se refieren a los años que, según la teoría evolucionista, debió haber durado cada proceso. El problema es que los tiempos máximos supuestos siempre son mucho menores que los requeridos por la teoría evolucionista, mientras que la edad terrestre propuesta por la Biblia (6,000 a 10,000 años) se ajusta cómodamente a los tiempos máximos. Por ello, los doce puntos siguientes son una evidencia sólida contra la escala cronológica evolucionista y, en cambio, sustentan la escala cronológica bíblica.
Existen muchas otras evidencias que favorecen la idea de un mundo joven, pero escogí éstas porque me parecen las más claras y breves. Algunos puntos de la lista podrían, en algún momento, ser compatibles con un universo viejo, pero para ello deberíamos partir de presupuestos improbables y no confirmados; otros puntos sólo resultan lógicos considerando un universo joven. La lista comienza con fenómenos astronómicos, luego aborda sucesos terrestres y termina con hechos cotidianos.
Sin embargo, se supone que nuestra galaxia tiene al menos 10 mil millones de años. Los evolucionistas llaman a esta falta de congruencia (detectada hace unos 50 años), “el dilema del enroscamiento de los brazos espirales”. Hasta ahora han elaborado muchas teorías tratando de explicarlo, pero todas han desaparecido tras gozar de una popularidad fugaz. Este mismo “dilema del enroscamiento” también se aplica a otras galaxias.
En las últimas décadas, se ha tratado de explicar el problema usando una teoría compleja llamada “de las ondas de densidad”1. Pero dicha teoría tiene problemas conceptuales y, para funcionar bien, debe ser aplicada arbitraria aunque minuciosamente. Además, en años recientes ha sido muy cuestionada desde que el Telescopio Espacial Hubble descubrió una estructura espiral muy detallada en el centro de la Galaxia “Remolino” M512.
Quienes apoyan la teoría evolucionista justifican este problema diciendo que:
Recientemente se ha hablado mucho del “Cinturón de Kuiper”, un disco que está al mismo nivel del Sistema Solar, un poco hacia afuera de la órbita de Plutón: se supone que en él se generan muchos cometas. Incluso si ahí existieran cuerpos helados, eso no solucionaría el problema, pues de acuerdo con la teoría evolucionista, el Cinturón de Kuiper se agotaría rápidamente si la Nube de Oort no lo alimentara.
El agua y los vientos erosionan cada año cerca de 25 mil millones de toneladas de tierra y piedra de los continentes, depositándolas en el mar5. Este material se acumula en forma de lodo sobre el suelo marino, formado por dura roca basáltica de origen volcánico. La profundidad promedio de lodo en el océano, incluyendo las plataformas continentales, es menor a los 400 metros6. |
El lodo del suelo marino desaparece principalmente a causa de lo que puede llamarse depresión o desplazamiento de placas tectónicas. Es decir, el suelo oceánico se desliza lentamente (tan sólo unos centímetros al año) por debajo de los continentes: en este movimiento arrastra consigo sedimentos. Según la literatura científica evolucionista, actualmente este movimiento de placas terrestres solamente remueve mil millones de toneladas al año6. Hasta donde sabemos, las otras 24 mil millones de toneladas se acumulan. Considerando ese ritmo de acumulación, la simple erosión habría depositado la cantidad de sedimento presente hoy en el suelo marino en menos de 12 millones de años.
Sin embargo, de acuerdo con la teoría evolucionista, la erosión y el desplazamiento de placas tectónicas han ocurrido desde que se formaron los océanos: supuestamente hace unos 3 mil millones de años. Si esta cifra fuera correcta, actualmente los océanos estarían saturados de lodo cuya profundidad alcanzaría docenas de kilómetros. Una explicación alternativa para resolver este problema es la ofrecida por la ciencia creacionista. Ésta afirma que la erosión provocada en los continentes por las aguas del diluvio del Génesis depositó la cantidad actual de lodo en un corto periodo de tiempo, hace aproximadamente 5 mil años.
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La energía total acumulada en el campo magnético de la Tierra ha disminuido de manera constante según un factor de 2.7 durante los últimos mil años11. Algunas teorías evolucionistas explican este rápido deterioro y justifican el hecho de que la Tierra haya podido mantener su campo magnético durante miles de millones de años, pero dichas teorías son excesivamente complicadas e inadecuadas. |
En contraste, los científicos creacionistas ofrecen una explicación mucho más convincente. Es sencilla, se basa en la física pura y explica varias características del campo magnético, por ejemplo, su creación, sus rápidos retrocesos durante el Diluvio Universal, los aumentos y disminuciones de intensidad en su superficie hasta tiempos de Cristo y el constante descenso que ha experimentado desde entonces12. Esta teoría concuerda con la información paleomagnética e histórica y con los datos que se tienen actualmente13. El resultado principal que ella arroja es que la energía total del campo magnético (no la intensidad en su superficie) siempre ha disminuido al menos tan rápidamente como ahora. A ese ritmo, el campo no podría tener más de 10,000 años14 de antigüedad. |
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Todas las familias formadas naturalmente por elementos radiactivos producen helio cuando se desintegran. Si tal desintegración hubiera tardado miles de millones de años, como afirman los evolucionistas, mucho helio habría sido liberado a la atmósfera terrestre. El ritmo con que la atmósfera libera helio al espacio es calculable y de cantidad pequeña. Aun tomando en cuenta esa liberación de helio, actualmente la atmósfera sólo contiene 0.05% de la cantidad de helio que debería haber acumulado durante 5 mil millones de años21. Esto significa que la atmósfera es mucho más joven de lo que afirma la teoría evolucionista. |
2 D. Zaritsky et al., Nature (22 de julio, 1993); Sky & Telescope (diciembre 1993), p. 10. Regrese al texto
3 Steidl, P. F., “Planets, comets and asteroids”, en G. Mulfinger (editor), Design and Origins in Astronomy, Creation Research Society Books: 1983, pp. 73-106 (5093 Williamsport Dr., Norcross, GA 30092). Regrese al texto
4 Whipple, F. L., “Background of modern comet theory”, Nature 263 (2 de septiembre, 1976) 15. Regrese al texto
5 Gordeyev, V. V. et al., “The average chemical composition of suspensions in the world’s rivers and the supply of sediments to the ocean by streams”, Dockl. Akad. Nauk. SSSR 238 (1980) 150. Regrese al texto
6 Hay, W. W., et al, “Mass/age distribution and composition of sediments on the ocean floor and the global rate of subduction”, Journal of Geophysical Research, 93 núm. B12 (10 de diciembre, 1988) 14,933-14,940. Regrese al texto
7 Maybeck, M., “Concentrations des eaux fluviales en elements majeurs et apports en solution aux oceans”, Rev. de Geol. Dyn. Geogr. Phys. 21 (1979) 215. Regrese al texto
8 Sayles, F. L. y P. C. Mangelsdorf, “Cation-exchange characteristics of Amazon River suspended sediment and its reaction with seawater”, Geochimica et Cosmochimica Acta 41 (1979) 767. Regrese al texto
9 Austin, S. A. y D. R. Humphreys, “The sea’s missing salt: a dilemma for evolutionists”, Proc. 2nd Internat. Conf. on Creationism, Vol. II, Creation Science Fellowship: 1991 (en prensa). Consultar la dirección en la nota 12. Regrese al texto
10 Austin, S. A., “Evolution: the oceans say no!”, ICR Impact, núm. 8 (octubre 1973), Institute for Creation Research. Consultar la dirección en la nota 2. Regrese al texto
11 Merril, R. T. y M. W. McElhinney, The Earth’s Magnetic Field, Londres, Academic Press: 1983, pp. 101-106. Regrese al texto
12 Humphreys, D. R., “Reversals of the earth’s magnetic field during the Genesis flood”, Proc. 1st Internat. Conf. on Creationism (agosto 1986, Pittsburgh) Vol. II, Creation Science Fellowship:1987, pp. 113-126 (362 Ashland Ave., Pittsburgh, PA 15228). Regrese al texto
13 Coe, R. S., M. Prévot, y P. Camps, “New evidence for extraordinarily change of the geomagnetic field during a reversal”, Nature 374 (20 de abril, 1995), pp. 687-92. Regrese al texto
14 Humphreys, D. R., “Physical mechanism for reversals of the earth’s magnetic field during the flood”, Proc. 2nd Intern. Conf. on Creationism, Vol. II, Creation Science Fellowship: 1991 (en prensa). Ver nota 12. Regrese al texto
15 Austin, S. A. y J. D. Morris, “Tight folds and clastic dikes as evidence for rapid deposition and deformation of two very thick stratigraphic sequences”, Proc. 1st Internat. Conf. on Creationism, Vol. II, Creation Science Fellowship: 1986, pp. 3-15 Consultar dirección en la nota 12. Regrese al texto
16 Ibid, pp. 11-12. Regrese al texto
17 Gentry, R. V., “Radioactive halos”, Annual Review of Nuclear Science 23 (1973) 347-362. Regrese al texto
18 Gentry, R. V. et al, “Radiohalos in coalified wood: new evidence relating to time of uranium introduction and coalification”, Science 194 (15 de octubre, 1976) 315-318. Regrese al texto
19 Gentry, R. V. “Radiohalos in a Radiochronological and cosmological perspective”, Science 184 (5 de abril, 1974) 62-66. Regrese al texto
20 Gentry, R. V., Creation’s Tiny Mystery, Earth Science Associates: 1986, pp. 23-37, 51-59, 61-62 (P.O. Box 12067, Knoxville, TN 37912-0067). Regrese al texto
21 Vardiman, L., The Age of the Earth’s Atmosphere: a study of the helium flux through the atmosphere, Institute for Creation Research: 1990 (P.O. Box 2667, El Cajon, CA, 92021). Regrese al texto
22 Gentry, R. V. et al, “Differential helium retention in zircons: implications for nuclear waste management”, Geophys. Res. Lett. 9 (octubre 1982) 1129-1130. Véase también la nota 20, pp. 169-170. Regrese al texto
23 Deevey, E. S., “The human population “, Scientific American 203 (septiembre 1960) 194-204. Regrese al texto
24 Marshak, A., “Exploring the mind of Ice Age man”, Nat. Geog. 147 (enero 1975) 64-89. Regrese al texto
25 Dritt, J. O., “Man’s earliest beginnings: discrepancies in the evolutionary timetable”, Proc. 2nd Internat. Conf. on Creat., Vol. I, Creation Science Fellowship: 1990, pp. 73-78. Consultar la dirección en la nota 12. Regrese al texto
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El Dr. Humphreys recientemente se jubiló como
Físico en Jefe de los Laboratorios Nacionales de Sandia (EEUU).
Actualmente es Profesor Asociado de Física para el Institute
for Creation Research [Instituto para la Investigación de la Creación],
también es miembro de la mesa directiva de la Creation Research
Society, y es una figura líder en la Asociación de Ciencia
de la Creación de Alburquerque
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