|
|
|
|
|
PECADO
Para poder entender las buenas nuevas de la relación entre Dios y el hombre y cómo esta relación tiene que ser restaurada, es necesario primeramente entender cómo ésta se arruinó.
La palabra de Dios nos enseña:
Por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios. Romanos 3:23
. . . estando nosotros muertos en pecados. Efesios 2:5
Dios es santo (limpio espiritualmente) y el hombre es pecaminoso (sucio
espiritualmente). Así como una persona pulcra no tolera estar cerca
de un animal muerto, podrido y hediondo, tampoco Dios, quien es perfecto
y santo, puede permitir estar en su presencia al hombre imperfecto y pecaminoso.
¡La raza humana está muerta en sus pecados!
SEPARACION DE DIOS
El resultado del pecado se ve claramente:
. . . vuestras iniquidades han hecho división entre vostros y vuestro Dios.
EL PECADO HACE UNA BARRERA QUE SEPARA AL
HOMBRE DE DIOS
Dios es santo y es infinito. Por lo tanto, él es santo infinitamente.
De modo que aun el pecado "más pequeño" es infinitamente
ofensivo a él. La Biblia enseña que aun esos "pequeños
pecados" son suficientes para separar al hombre de Dios por la eternidad.
Dios no puede permitir el pecado en su presencia.
LOS ESFUERZOS DEL HOMBRE SON INUTILES
El ser humano siempre ha tratado de cruzar la barrera que le separa de Dios. Lo ha intentado a través del bautismo, las buenas obras, mostrando amor al prójimo, por ritos, asistiendo a una iglesia, y con cosas semejantes. Pero la Biblia enseña que ninguna obra jamás derribará la barrera de pecado que separa al Dios Santo del hombre impío.
La Biblia dice:
Si bien todos nosotros somos como suciedad, y todas nuestras justicias
como trapo de inmundicia. Isaías 64:6
Procurar limpiar los pecados con buenas obras es tan inútil como
lavarse la cara sucia con un trapo mugroso. No hay absolutamente nada que
el hombre pueda hacer para borrar sus pecados y derribar la barrera que
le separa de Dios. (También vea Hageo 2:12-14; Lucas 18:10-14; Romanos
3:20, 27-28; 4:5; Gálatas 3:10-11, 21).
|
|
|